Qué son las pérdidas nutricionales en la Poscosecha y cómo prevenirlas con soluciones IoT

Qué son las pérdidas nutricionales en la Poscosecha y cómo prevenirlas con soluciones IoT

Las pérdidas nutricionales poscosecha en la producción alimentaria son un tema que preocupa en un mundo que necesita incrementar la producción de alimentos sin perder calidad, para abastecer a una población creciente. Y todo ello en un marco de degradación de suelos, de preocupaciones ambientales y de fenómenos climáticos extremos.

Las pérdidas nutricionales poscosecha  “amplifican la inseguridad alimentaria y reducen la cantidad de nutrientes disponibles para las poblaciones vulnerables, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos del mundo”.

Por ejemplo, el estudio “Estimation of nutritional postharvest losses along food value chains: A case study of three key food security commodities in sub-Saharan Africa” estimó estas pérdidas a lo largo de las cadenas de valor de los alimentos para tres productos alimenticios distintos en el África subsahariana (maíz y caupí en Zimbabwe, y batata en Uganda). El trabajo sugiere que la reducción de las pérdidas poscosecha a lo largo de las cadenas de valor de los alimentos podría mejorar significativamente el acceso a alimentos nutritivos para las poblaciones en los países de ingresos bajos y medianos, donde la malnutrición constituye un importante problema de salud con repercusiones en el desarrollo humano y económico.

Según los autores del informe, las pérdidas poscosecha nutricionales “ocurren a lo largo de todas las etapas posteriores a la cosecha del sistema alimentario donde los alimentos pueden perderse físicamente (pérdida cuantitativa), o su calidad se degrada debido al deterioro por las condiciones ambientales (temperatura, humedad) y/o infección de plagas (insectos, ácaros, roedores, hongos)”. 

En Uganda

Aunque en el estudio los distintos casos contemplan múltiples variables posibles, en el caso de la batata fresca la pérdida acumulada en las distintas etapas de la cadena de valor  es de casi el 20%. En el de la batata deshidratada las etapas incluyen cosecha y manipulación, transporte desde el campo, secado, almacenamiento a nivel de finca, y la pérdida acumulada puede ser muy variable, esto es de 7,4%  a 100%, según el tipo de nutriente. 

Según estos datos, el porcentaje de la población de Uganda que podría perder su requisito promedio estimado de nutrientes como resultado de las pérdidas poscosecha de batata en un año equivaldría a 1,4 millones de personas (3,3%, para el caso de carbohidratos) y cerca de 700 mil personas (1,7% de la población para el caso de energía), si se suman los impactos en las variedades en sus formas frescas y secas.   

El informe indica, sin embargo, que la proporción de niños afectados por esta pérdida es mayor, porque las necesidades son menores, y por lo tanto la misma cantidad de nutrientes perdida correspondería a más niños que pierden su requisito promedio estimado de nutrientes.

En Zimbabwe

En el caso del caupí, en la poscosecha la grasa y la proteína se concentran, lo que resulta en una pérdida negativa de grasa (-7.4 %), mientras que la fibra dietética y los carbohidratos se reducen drásticamente (59% y 66%, respectivamente). Y en el caso del maíz las pérdidas se estiman en casi el 26% de la producción en  promedio. 

Según los modelos utilizados en este estudio, las pérdidas poscosecha del maíz blanco  equivalen a alrededor del 17% de los carbohidratos y del 22 al 25% de las proteínas perdidas para la población de Zimbabwe por año, dependiendo del tipo de almacenamiento seleccionado. Y en el caso del maíz naranja el modelo muestra que antes del almacenamiento la pérdida nutricional equivaldría a que unas 20 mil personas perdieran su requisito de nutrientes promedio estimado de vitamina A (0,1% de la población en Zimbabwe), pero después de 32 semanas de almacenamiento, esto equivaldría a 50 y 70 mil  personas (0,4 y 0,5% de la población). 

Los resultados del documento indican que el impacto de la pérdida poscosecha depende del producto alimenticio considerado. En el maíz afecta a una mayor proporción de la población de Zimbabwe que en el caso del caupí. 

La mitigación de las pérdidas poscosecha resultan claves para mejorar la seguridad alimentaria, la nutrición y la salud. Desde Wiagro desarrollamos soluciones que buscan reducir las pérdidas en la etapa de almacenamiento de granos, al permitir el  monitoreo de factores como  temperatura, humedad, aire y presión. A tal fin integramos soluciones de IoT compuestas pro sensores para silobolsa, o para monitorear los silos de atmosfera no controlada, donde se almacenan mayor cantidad de granos) de modo tal de poder controlar las condiciones en tiempo real y recibir alertas ante algún cambio en los en los parámetros de conservación preestablecidos.  

Para leer el texto completo de la investigación: click acá

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