Sequía y escasez de granos: impacto esperado y cómo cuidar la producción
Se sabe: durante el presente año los efectos de la sequía y de la guerra entre Rusia y Ucrania golpearán con fuerza a la economía argentina. Nuestro país el país el déficit de lluvias retrasó severamente las siembras de soja y maíz, lo que reducirá los rendimientos. Para el maíz se proyecta una cosecha total de 50 millones de toneladas (contra 52 millones de 2022), mientras que para la soja se espera una producción algo superior a los 43 millones de toneladas (contra 48 millones de 2022).
En el caso del trigo, que es el cultivo que evidencia más complicaciones, hay quienes auguran la peor cosecha en siete años. Por ejemplo, algunos analistas hablan de una reducción de 10 millones de toneladas, y en lo que atañe a la cebada, de un millón.
En su conjunto la problemática derivada del factor climático podría generar pérdidas equivalentes a prácticamente 2 puntos del PBI.
Proyecciones preocupantes
La falta de precipitaciones afecta a casi el 55% del país, particularmente toda el área central de la Argentina hacia el litoral. Lamentablemente, se estima que el problema continuará, debido al fenómeno de la Niña. Ante esta situación la perspectiva es que los volúmenes de la producción agrícola se vean bastante afectados: de hecho ya se prevé que las exportaciones caigan alrededor de U$S 3.800 millones solo en el primer trimestre. Además se espera que también impacte sobre la calidad de los productos.
La caída de la producción total de granos y oleaginosas está proyectada en 27%. Según anticiparon algunos analistas, “las exportaciones efectivas de granos y derivados se ubicarían en U$S 37.500 millones en 2023, esto es, casi U$S 4.000 millones menos de lo estimado para 2022”.
Vientos cruzados
Al mismo tiempo, los precios internacionales evidencian un retroceso gradual desde el pico que mostraron entre marzo y junio de 2022, y se espera que esto continué en 2023. De todas formas el problema de la sequía seguramente amortiguará esta caída en el precio de los granos en los mercados internacionales, dado la menor oferta esperada.
En paralelo con estas noticias poco alentadoras, la guerra ruso-ucraniana genera otro foco de presión para la Argentina, al incrementar los costos de los fertilizantes, el gas y los fletes.
Si a esto se le suman otros factores tal como la ausencia del efecto rebote que se vivió en 2021 y 2022 como producto de la salida de la pandemia. Esta situación tendrá un impacto tanto en el nivel de actividad como sobre la recaudación del erario público.
Frente a este panorama cobran aún más importancia las herramientas que permitan asegurar un mayor control de la calidad y del estado de la producción agrícola. En Wiagro desarrollamos una solución que permite monitorear la situación de los granos en la etapa de poscosecha. Esta herramienta se basa en sensores para silo bolsa y también puede utilizarse para controlar a distancia los silos donde se guardan granos y otro tipo de bolsas que se utilicen para la guarda y conservación. Además de medir diferentes parámetros (humedad, CO2 y temperatura) el sistema permite detectar eventuales roturas y movimiento de la silobolsa.